1. Introducción
Miremos por un instante a nuestro alrededor. Si vamos caminando por la calle comprobamos cómo los carteles publicitarios se han hecho dueños de las paredes y fachadas de los más variados edificios. Si viajamos en metro podemos constatar cómo los reclamos publicitarios “adornan” el interior de los vagones. Si utilizamos una cabina telefónica vemos cómo el cartel invade parte de su estructura. Si abrimos nuestro buzón, si salimos de una boca de metro, si pasamos cerca de un evento público, comprobaremos cómo repartidores de toda edad y sexo nos llenan las manos de prospectos y panfletos recomendándonos la adquisición de un producto determinado. Lo cual nos lleva a una conclusión que, al menos a primera vista, parece evidente: la publicidad se ha convertido en un agente comunicacional presente en la realidad social en que vivimos1.
Ahora bien, ¿en qué consiste la retórica publicitaria? En principio un anuncio publicitario está ahí, frente a nosotros, ocupando parte de nuestro campo visual, para “informarnos” de la presencia en el mercado de un producto o un servicio determinado. El mensaje publicitario poseía en sus orígenes esa función informativa que fue perdiendo al tiempo que se institucionalizaba como agente económico y comunicacional2. Hoy en día pocos son los reclamos publicitarios que nos sirven para conocer fidedignamente las características concretas de un producto. El anuncio publicitario, o aún mejor, la imagen publicitaria, existe única y exclusivamente para atraer nuestra mirada, para entablar con nuestros ojos un proceso de comunicación que nada o poco tiene que ver con los procesos de razonamiento objetivos. En una palabra, el discurso publicitario tiene un solo propósito: seducirnos.
Género: Sociales,Varios
Tamaño: 609 Kb
Tiene audiolibro: NO
Presentación: Libro
Calidad: Sin OCR
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
Clasificado: Sin clasificar
Para ver más información debes estar identificado / registrado.