El teatro de los Quintero refleja la estampa de una época que, entre risas y lágrimas, suspiros y añoranzas, retrató el vivir de ciertos personajes de un determinado medio social. Casi todo lo que escribieron los Quintero tuvo éxito, pero no tiene valor igual.
La obra de los Quintero no es una idealización de Andalucía, sino una manipulación descarada de cuanto de profundo y trágico hay en el pueblo andaluz. No se debiera seguir manteniendo el mito de una obra profundamente andaluza en el teatro de los “niños sevillanos”. El andaluz de los Quintero es alegre, jovial, gracioso, no tiene grandes problemas y siempre encuentra soluciones felices a las zancadillas de la realidad.
Los Quintero fueron muy populares y celebrados. Maestros de la alegría y de la gracia, su musa es picaresca. “Estos autores –decía Clarín- son toda una revelación, significan un gran aumento del caudal de nuestro tesoro literario”. Entre comedias, sainetes, entremeses, zarzuelas y dramas escribieron doscientas veintisiete obras. Entre las más conocidas citaremos: El genio alegre, El patio, Las flores, El centenario, Doña Clarines, Amores y amoríos, Puebla de las Mujeres, La flor de la vida y Tambor y cascabel. Y entre los dramas: Malvaloca y Cancionera. El teatro de los Quintero tiene detrás, como tradición, una parte de nuestra literatura moderna, en él, claro, hay elementos de la tradición dramática, pero hay otros que no pertenecen a ella. Entre los dramáticos, por ejemplo, Don Ramón de la Cruz, poniendo a cuenta del ambiente andaluz lo que en sus Sainetes es ambiente madrileño: ambiente geográfico y racial. Pero también entra lo no dramático, y mucho, el costumbrismo romántico y la novela regional de la segunda mitad del siglo XIX.
Género: Teatro,Costumbrista
Tamaño: 69 Kb
Tiene audiolibro: NO
Presentación: Libro
Calidad: Con OCR sin corregir
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
Clasificado: Sin clasificar
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