Dentro de la escultura virreinal podemos considerar varias modalidades: a) la estatuaria en piedra, el material preferido durante la etapa precolombina, b) la imaginería en madera policromada de tradición española, c) la escultura de influencia indígena y antecedentes precolombinos.
Durante el período colonial, la escultura en piedra perdió el protagonismo que tuvo en el mundo prehispánico, sobre todo la de bulto redondo. Siendo la piedra el material más usual para representar sus deidades, se trató de evitar representaciones que llevaron a los indígenas, por paralelismo, a la idolatría. Como resultado de ello, la estatuaria pétrea quedará reducida sobre todo a la decoración arquitectónica y relieves arcaizantes, donde la mano de obra indígena es muy notoria.
Los casos más conocidos de la tercera y última modalidad escultórica son el de la caña de maíz en México, planta sagrada por excelencia en Mesoamérica, y el del maguey y la escultura en tela en el mundo andino. Ambas técnicas, que fueron cristianizadas en la colonia y aplicadas novedosamente a la imaginería, fueron utilizadas en la etapa precolombina para hacer las figuras de las deidades indígenas. Como escribe de nuevo fray Matías de Escobar, las mismas cañas que habían sido y dado materia para idolatría, esas mismas son hoy materia de que se hacen devotos crucifijos, de lo cual creo que se paga tanto el Señor de ver consagrada aquellas cañas en imágenes suyas, que quiere obrar por ellas las mayores maravillas...
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