Sobre el arte y la necesidad de trabajar lo menos posible en la empresa.
¿Ensayo de estar por casa o manual de gestión? Nada de eso. Lo que pretende Buenos días, pereza es decir por fin la verdad: ya nadie cree en la gran empresa. A los antiguos miembros de la Orden de los Ejecutivos nos ha abandonado la fe. Actualmente, los directivos de nivel medio, meras piezas de una máquina aficionada a la jerga incomprensible y grotesca, no anhelan más que una cosa: cobrar su sueldo a final de mes. Tal como están las cosas, ¿cómo debemos actuar? ¡No haciendo nada!, afirma este libro. Seamos individualistas e ineficaces, mientras aguardamos a que todo se derrumbe y surja una nueva sociedad en la que cada uno se dedicará básicamente a cultivar el jardín y mantendrá una actividad accesoria en una estructura empresarial con el fin de asegurarse la pequeña nómina indispensable para la supervivencia. Este libro es un enfleto (ensayo-panfleto) de uso terapéutico para estados de sinistrosis.
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