Este libro no es el famoso 50 sombras de Grey sino una parodia de ese libro
En el momento en que escribo estas líneas, Cincuenta sombras de Grey y los dos volúmenes posteriores de la trilogía de James suman la friolera de veinte millones de ejemplares vendidos en todo el mundo.
Quien no lo haya leído podría pensar que se trata de una novela erótica. Yo creo, por el contrario, que es una novela onírica que cuenta los sueños políticamente incorrectísimos que prácticamente toda mujer tiene, a la chita callando, entre los brazos de Morfeo.
En esta trilogía, algunas cosas son francamente insoportables: Anastasia, la protagonista, habla a gritos, y Mr. Grey, también protagonista, gruñe; ambos llevan invariablemente ropa de diseño exclusivo; el único fumador es el malo de la historia; Mr. Grey ?un marido primerizo? muestra su cariño dándole palmadas en el trasero a su esposa en público. Son este tipo de cosas las que dan escalofríos, y no las sesiones de sadomasoquismo intercaladas con cadencia regular entre las páginas grises, negras y rojas (y muy rosas) de la novela.
Y sin embargo? Y sin embargo, a pesar de todo, esta trilogía se lee en un soplo, o mejor dicho, en un suspiro.
El macho humano medio, aquí denominado Gregorio, difiere considerablemente del espécimen de ensueño definido en la literatura como Mr. Grey.
Es una cuestión de matices, es verdad: ambos pertenecen a la especie Homo sapiens. Pero cincuenta matices o, mejor dicho, cincuenta sombras no son una insignificancia.
Es un poco como cuando en el National Geographic nos cuentan que los dinosaurios están emparentados con los pájaros. Tendrán un ADN parecido, pero imaginaos que acomodáis en el sofá de vuestra casa a un velociraptor. A continuación, ponéis a su lado a un canario. ¿Estáis aún contando los matices que los distinguen?
Al igual que los dinosaurios, que son de algún modo animales legendarios, los Mr. Grey forman parte del imaginario colectivo. Como al yeti, al monstruo del lago Ness, a los marcianos o al unicornio, nadie los ha visto nunca de verdad. Pero de los dinosaurios se han encontrado huesos. Cuando se encuentren los restos fósiles del Penis greyensis podremos volver a plantear el tema. Por ahora, contentémonos con el Penis gregorensis, que debidamente reeducado e instruido no está tan mal.
Pero estábamos hablando de matices.
En este pequeño manual de contrainformación afect...
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