En Alto el Perú, un Julio Cortázar poeta, interrumpe las actividades parisinas para irrumpir en una realidad con la que se liga íntima y espiritualmente a través de las fotografías que Manja Offerhaus, una amiga, ha realizado en Perú. Mediante la sensibilidad artística, las arrugas de esa tierra, de esas caras y esos pueblos se alojan un tiempo en un departamento de París, desde donde irrumpe el poeta como un `resto de conciencia que ayuda a despertar`. A partir del contacto, establece una serie de lazos que trascienden el espacio, que lo sitúan entre las inquietudes de esos hombres-mujeres-chicos, de la humanidad que habla desde los márgenes de ese rincón que pueden ser tantos en el planeta: pobladores que prescinden de estas palabras para expresarse, trabajadores que dicen el mundo con sus ropas y gestos y andares y miradas. Todo eso y tanto más intransmisible por el lenguaje. Ya en pleno Perú, Cortázar le plantea a su Beatriz, guía y fotógrafa de viaje, que la fotografía `no congela el tiempo como suele decirse, muy al contrario, lo libera de su versión primaria, nos lanza a esa indiecita y a mí a un vértigo de espejos y de lásers, a una no mensurable cetrería a espaldas del presente.` Tal vez, movidos por el mismo impulso que el del poeta (sin dejar de tejer la tela), esperamos que las moscas no se dejen atrapar del todo y que puedan usar la tela como trampolín hacia el vuelo abierto.
Andrés Manrique
Género: Sociales,América,Perú
Tamaño: 681 Kb
Tiene audiolibro: NO
Presentación: Libro
Calidad: Sin OCR
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
Clasificado: Sin clasificar
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