... El ávido risco, el sereno mar Los chatos tejados del pueblo de pescadores Aún duermen como gazapos, A pesar de que el aire fresco y el sol aún no son amigos Pero con las cosas en la mano, esta carne dispuesta Es honesta sin igual, pero mi cómplice ahora Mi asesino es, y mi nombre Perdurará por el histórico aporte al cuidado De una yaciente ciudad que se construyó sola; Temeroso de nuestra labor de vivos, el moribundo Con el tiempo que llega preguntará
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