Me encontraba a medio camino entre Arcadia y Utopía, en largo vuelo deexploración arqueológica, en busca de colmenas de coleópteros, verticales coloniasde lepidópteros y ruinas de ciudades de los Antiguos.En Marte se habían estancado en los nombres fantásticos que los viejosastrónomos soñaron en sus cartas. Habían hallado un Eliseo, también un Ofir.Juzgué que me encontraba en alguna parte próxima al Mar Acido, el cual, por raracoincidencia se convierte en ponzoñoso pantano poco profundo, rico en iones dehidrógeno, cuando se funde el casquete de hielo del norte.Pero no veía señal de ello debajo de mi, ni tampoco rastros arqueológicos deninguna clase. Sólo la infinita llanura yerma y rosada, brumosa de polvo de felsita yde óxido de hierro, deslizándose constante bajo mi rápido vehículo volador, con unaangosta cañada o bajo cerro de trecho en trecho, pareciendo a todo el mundo ¿Tierra?¿Marte? como partes del desierto de Mojave
Disponible también para ver online en HTML. Una vez en la página clicar en: VER HTML - Descargar PDF.
Para ver más información debes estar identificado / registrado.