Que, en épocas de sentimentalismo agudo, un libro como"Werther" haya impulsado al suicidio, a personas que ya llevaban en síel germen fatal, es un hecho, en suma, explicable; pero que un cuentoal parecer anodino - y tanto que apenas si era cuento - sea una especiede sortilegio poderoso y tenga virtud letal como el ácido prúsico, escosa que se creerá del dominio exclusivo de la fantasía. Sin embargo,nada más real que el "cuento que mata".Temeroso de que aún no haya perdido su virtud destructiva, melimitaré a decir que ese cuento narraba un viaje en diligencia entre dospueblos de la provincia de Buenos Aires. El héroe comenzaba apadecer desde que subía al vetusto armatoste; estibado con un númerode pasajeros mayor que el natural, sufría del calor, de los pisotones, delpolvo, hasta que llegaba a su destino, anquilosado, hambriento,sudoroso, sucio, miserable... Nada más las dos enumeraciones - viejoestilo - son mías. El autor decía estas pocas palabras en dos largascolumnas, incoloras e insípidas.
Disponible también para ver online en HTML. Una vez en la página clicar en: VER HTML - Descargar PDF.
Para ver más información debes estar identificado / registrado.