"El Día que me Quieras" recibe su título de una de las canciones más conocidas de Carlos Gardel y, sin duda, pone el acento sobre la nostalgia. La última gira de Gardel, antes de perecer en un accidente de aviación en Medellín, lo lleva a conocer la Caracas de la época. La llegada de Gardel a la capital venezolana se convierte en todo un acontecimiento que por un momento parece despertar de su letargo a una sociedad sumida en la quietud y la pasividad. Estos rasgos están encarnados en la obra por la familia Ancízar, cuya única herencia es un apellido aristocrático, y que llena a los personajes de recuerdos y nostalgias, de vanidades y sueños, que los alejan de la realidad que tienen que vivir y padecer. La sorpresiva presencia de Gardel en esa casa es el gran catalizador de una historia de indecisiones y frustraciones secretas, en medio de una vida cuyas coordenadas parecen ser inmodificables. Es la presencia de un agente exterior, que rompe el hilo de continuidad y permite examinar con alguna distancia, los hechos que la cotidianidad y la inmediatez convierte en ceguera.
Acto cultural
En ninguna otra obra suya como en esta se plantea la angustia del desarraigo histórico y cultural con mayor patetismo. Los miembros de la provinciana “Sociedad Louis Pasteur para el desarrollo de las Artes y las Ciencias de San Rafael de Ejido” escenifican la vida de “Colón, el Genovés Alucinado” y a lo largo de la representación los actores se desligan de la impostura del personaje para expresar la frustración de sus vidas provincianas sin presente ni futuro, desnudando la imposibilidad de una trascendencia. La obra es una búsqueda desesperada del pasado para entender mejor el presente.
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