Los pequeños Abu y Abdel juegan juntos por las calles de Garnata. Ambicioso y soberbio, el primero consigue un trabajo como secretario del visir, en tanto que el segundo, generoso y leal, entra a estudiar farmacopea. Mucho tiempo después coinciden de nuevo en Fez, donde Abu le confía a Abdel una misión a cambio de favores para su familia. Sin embargo, Abdel descubre que su supuesto amigo es un traidor y que, además, pretende acabar con su vida, por lo que no lleva a cabo el encargo. Pero Abu, quien dirige las obras del gran palacio de Al-Hamrā, se entera de que Abdel vive y conoce sus secretos, y decide acabar con él. Los herederos de Abdel no están dispuestos a dejar las cosas así, y a la sombra del palacio se forjará una venganza movida por el afán de justicia.
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