Sheena entró con su elegante vestido de blancura virginal, en el salón
donde habitualmente recibía la Reina María. Se convirtió en el centro de
atención y notó que todos los reunidos allí no hacían otra cosa más que mirarla.
—Beba esta copa de vino especialmente servida para usted —ordenó la
reina
Sheena bebió aquel vino pesado y de inmediato sintió que le invadía su
cuerpo y empezó a sentirse adormecida.
Cuando se dio cuenta, se encontraba en una habitación oscura, rodeada por
figuras sombrías. ¡Escuchó sus voces, extrañas y aterradoras y comprendió que
estaba en grave peligro!
¿La salvaría ahora el hombre que había salvado su vida en una ocasión
anterior? ¿La encontraría a tiempo?...
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