La aparición de líderes religiosos individuales que se declaran inspirados, y atraen multitudes usando las técnicas modernas del show-business, amasando, de paso, verdaderas fortunas, es uno de los fenómenos más inquietantes de la actualidad, especialmente en los Estados Unidos. Con estos elementos, hábilmente empleados, Harold Robbins, maestro en el género, ha escrito El predicador, novela ágil, realmente original. El protagonista es un hombre carismático, viril, místico, decididamente contradictorio. Tiene un protector que lo utiliza; pero la gente cree ciegamente en él. El final es tenso, inesperado y sorprendente. La inmolación del predicador es inevitable.

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