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Información del Libro 'Hauser Arnold - Historia Social De La Literatura Y El Arte - Tomo 2 pdf'

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Hauser Arnold - Historia Social De La Literatura Y El Arte - Tomo 2 pdf

Enviado por bibliotheka el 2012-09-20 00:00:00


Esta obra, síntesis de interpretación histórica en torno a los significados sociales de las artes creativas, abarca en sus tres volúmenes el período de tiempo comprendido entre las expresiones pictóricas del Paleolítico y la primera mitad del actual siglo XX. Con respecto al título, conviene aclarar cuál es el sentido que encierra para el autor. No es que él separe la historia de «lo social», sino que considera los dos conceptos unidos, de modo que no tendrían sentido el uno sin el otro. Así lo dice de modo inequívoco: «Esencialmente no hay diferencia alguna entre historia y sociología, son la misma cosa»[1].

Se propone el autor explicar cuál era la mentalidad, propósitos y contexto socio-cultural de los artistas que, en las distintas épocas históricas dejaron en sus obras, no expresiones individuales de su concepción artística, sino el fiel reflejo de la sociedad en que habitaron.

Desde el punto de vista de la exposición se ofrecen en cada uno de los volúmenes los temas siguientes: Vol. I: Prehistoria (Paleolítico y Neolítico), Culturas Orientales, Grecia y Roma, Edad Media y Renacimiento. Vol. II: (siglos XVI-XIX): comprende desde el Manierismo hasta el Neoclasicismo, pasando por el Barroco, el Rococó, el Clasicismo y el Romanticismo. El Vol. III: abarca los siglos XIX y XX, centrados de modo fundamental en el análisis de las expresiones pictóricas (el impresionismo) y literarias (naturalismo, realismo, novela social), así como de las cinematográficas, ya en el siglo XX. De acuerdo con la visión ideológica que preside la obra, Hauser dedica en este volumen III una especial atención a pensadores, psicólogos y filósofos como Nietsche, Freud y Bergson cuya aportación a las Bellas Artes resulta —por lo menos— discutible.

Un previo examen global de la obra permite afirmar que el autor ha seguido un esquema histórico superado, que ya no responde a las exigencias documentales y científicas de la moderna historiografía desarrollada en los últimos veinticinco años. En efecto, las referencias cronológicas relacionadas con las etapas históricas o las fases que separan unos períodos de otros, carecen de precisión o se omiten, con lo cual resulta difícil establecer los límites de tiempo entre las distintas etapas señaladas. Por otra parte, las expresiones artísticas se reducen a un esquema simplista y parcial, puesto que, de hecho, sólo se estudian las artes plásticas (pintura) y escultura en cuanto elemento decorativo. La literatura recibe también trato preferente, si bien se reduce a la literatura europea de los siglos XVI-XIX. En realidad, Hauser sólo aborda aquellos aspectos del arte conocidos por él durante sus estudios universitarios e investigaciones posteriores: pintura, literatura y, finalmente, el cinematógrafo.

Respecto al ámbito geográfico, Arnold Hauser prescinde de analizar las Culturas Orientales, y más concretamente se ciñe al ámbito casi exclusivamente europeo. Quedan fuera del estudio India, China, Japón y los pueblos pre-Colombinos, cuyas aportaciones a la historia del Arte Universal no pueden ser ignoradas. La omisión responde a la necesidad de simplificar los hechos históricos de modo que se facilite una interpretación propia del materialismo histórico que sirva a los propósitos del autor, a pesar de que se declara «marxista crítico». Sobre esta actitud contestataria insiste cuando afirma servir de la mejor manera al marxismo: «—siendo como somos marxistas y socialistas— aplicando nuestra fuerza y capacidad críticas hasta al mismo marxismo»[2].

La obra se inicia con el estudio de las pinturas rupestres desarrolladas por el hombre paleolítico, siguiendo el curso de la historia con la época neolítica y la aparición de los primeros pueblos agrícolas que, según el autor, sustituyen a los «cazadores». De esta fase, y sin mayores precisiones, salta el autor nada menos que a las grandes civilizaciones: Egipto, Mesopotamia y Creta, que preceden al llamado «Mundo clásico» representado por Grecia y Roma. La cultura grecolatina se enjuicia a través de la literatura (epopeya, lírica, teatro) la escultura y la pintura, como expresiones del «tipo» de sociedades clasistas que, en opinión del autor, responden al predominio de la burguesía terrateniente y ciudadana sobre pueblos sojuzgados por la fuerza.

El capítulo dedicado a la Edad Media se inicia con el análisis de los antecedentes que corresponden a la crisis del mundo clásico y expansión del cristianismo por las fronteras del Imperio Romano. Las sucesivas oleadas de los pueblos germánicos introducen elementos nuevos sobre la base cultural latina, atribuyendo a estos últimos, una importancia excesiva en el desarrollo posterior de los estilos Románico y Gótico.

El Renacimiento se estudia en sus rasgos definidores y en relación con las circunstancias político-sociales que lo configuran. Fiel a los propósitos ya reseñados de presentar la historia del arte en su perspectiva pretendidamente sociológica, el autor se esfuerza en relacionar a la burguesía con el «capitalismo incipiente» y la «lucha de clases» (pp. 391-392), explicando así con facilidad lo que se considera predominio de un arte elitista y antipopular. Con el Renacimiento finaliza el tomo primero.

El tomo II se inicia con el estilo Manierista, conectado de modo poco satisfactorio con el Gótico y el Barroco, tendencias a las que sirve como línea de enlace, según parece deducirse de las consideraciones hechas por el autor. La mayor parte de este capítulo, lejos de centrarse en el análisis de la pintura manierista, como parece lógico dada la importancia de esta expresión artística, va destinada al estudio de fenómenos religiosos y no artísticos de la Reforma protestante, y de la Contrarreforma llevada a cabo por la Iglesia Católica. Respecto a la literatura, y sin aclarar cuál sea su relación con el «manierismo» dentro del cual se estudia, examina con cierto detenimiento la obra de Cervantes (El Quijote) y el teatro de Shakespeare, puesto en relación con la Inglaterra Isabelina.

El estilo barroco queda estructurado en dos vertientes: el barroco protestante y el católico. Una vez más se confunde el arte con las ideas, en este caso, religiosas.

Por lo que se refiere al Rococó, aparece representado por la Monarquía Francesa, mientras el Romanticismo se distribuye —sobre todo en su expresión literaria— entre Alemania, Inglaterra y Francia. En este período de transición (siglos XVIII-XlX) aparecen destacados los movimientos filosóficos e intelectuales que configuran la «Ilustración», con especial referencia a la Revolución Francesa, Napoleón y al triunfo del racionalismo, que el autor considera una gran conquista.



Género: Literatura,Historia
Tamaño: 18.305 Kb
Tiene audiolibro: NO
Presentación: Libro
Calidad: Sin OCR
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
Clasificado: Sin clasificar


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