Un comediante, Daniel, fatiga sus días a principios del siglo XXI. Es famoso y millonario. Está solo y agotado. De pronto conoce a una mujer y la mujer lo martiriza. De pronto asiste al nacimiento de una secta y la secta crece hasta volverse la religión dominante. De pronto envejece y, viejo, es clonado. Dos mil años más tarde el eco de Daniel persiste en sus clones, Daniel 24 y Daniel 25, de una naturaleza distinta a la de los humanos. Daniel 25, aislado, cede a la tentación de conocer el mundo. Acaso haya todavía hombres. Acaso haya todavía mundo. El viaje, como todo viaje, es decepcionante. El clon descubre lo que ya se sabía: la desaparición del humano está justificada. El lector descubre otra cosa: las ambiciones de Houellebecq son de otro mundo. Renuncia a sus personajes marginales sólo para hacerse de otro más a modo, capaz de estar siempre donde lo central está ocurriendo. Recurre a la ciencia ficción sólo para adueñarse de un punto de vista metafísico, ajeno a este tiempo y este espacio. Todo es artificial, nada nace de las necesidades del texto. La ciencia ficción, por ejemplo: un agregado a la trama, no la trama misma. El asunto de la secta: inverosímil porque a Houellebecq no le importa la verosimilitud sino que haya una secta que le permita decirnos algo sobre las sectas. Tampoco dice tanto. Glosa a Comte: la próxima religión será positivista o no será. Dice eso y sugiere esto otro: mis ambiciones son temáticas, no formales. El resultado: un fracaso formal que todo lo avasalla.
Género: Narrativa,Fantástica,Ciencia Ficción
Tamaño: 1.539 Kb
Tiene audiolibro: NO
Presentación: Libro
Calidad: Sin OCR
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
Clasificado: Sin clasificar
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