Jet Keller era todos los tipos de tentación envueltos en pantalones demasiados apretados y con demasiados demonios personales ocultos tras gafas oscuras con montura dorada. Era la fantasía rocanrolera de cada chica, con un borde que lo hacía lo suficientemente afilado como para ser difícil de manejar. Y chico, oh chico, quería manejarlo en todas las formas posibles. El problema con eso, era que se suponía que tenía que tomar mejores decisiones y transitar un camino limpio y mucho más estrecho ahora. Podía no haber ninguna parada a lo largo del camino para el tipo de cosas que Jet inspiraba, y ningún desvío de la combustión espontánea que traía con él. Desafortunadamente – o afortunadamente, dependiendo de quién estaba mirando la situación – era una batalla de dos contra uno, con mi cerebro quedándose corto y mi cuerpo y corazón reiteradamente omitiendo mi buen juicio.
Para ver más información debes estar identificado / registrado.