Rara vez deja de haber ironía incluso en el mayor de los horrores. Algunas veces formaparte directa de la trama de los sucesos, mientras que otras sólo atañe a la Posiciónfortuita de éstos entre las personas y los lugares. ,Un magnífico ejemplo de este últimocaso puede encontrarse en la antigua ciudad de Providence, donde acostumbraba a irEdgar Allan Poe, a mediados del siglo pasado, durante su infructuoso galanteo a Mrs.Whitman, Poeta de excelentes dotes. Poe solía parar en la Mansión House -nuevo nombrede la Hostería de la Bola de Oro, cuyo techo cobijó a Washington, a Jefferson y aLafayette-, y su paseo preferido era hacia el Norte, por la misma calle, donde seencontraban la casa de Mrs. Whitman y el vecino cementerio de St. John, situado en lafalda de la colina cuyo recoleto recinto' con abundancia de lápidas del siglo XVIII, lefascinaba de manera especial.
Disponible también para ver online en HTML. Una vez en la página clicar en: VER HTML - Descargar PDF.
Para ver más información debes estar identificado / registrado.