Editada por vez primera en 1980 (Les aventures del cavaller Kosmas, Planeta) y traducida al castellano al año siguiente, Las aventuras del caballero Kosmas es una singularísima fábula novelesca, un relato del género bizantino que acumula viajes, aventuras y peripecias, y que Perucho resuelve con una sorprendente combinación de fantasía y humor; deliciosa novela de magia y de broma, de imaginación y de cultura, en la cual el protagonista -un recaudador de contribuciones del imperio bizantino- vive una realidad histórica entreverada de prodigios. Kosmas recorre la España del tercer concilio de Toledo, descubre la Costa Brava con siglos de anticipación respecto a los turistas, dialoga con san Isidoro y lo encontramos en Africa, en Jerusalén, en Roma y en Bizancio, siempre en busca de una felicidad que le ha sido arrebatada con malas artes.
Pero en el curso de sus viajes suceden los mayores portentos: penetra en la ciudad inexistente, conoce la maravilla de las flores mutantes, lucha con monstruos inconcebibles, convive con unos simpáticos robots y persigue sin cesar a su inexorable enemigo, el diablo Arnulfo, un demonio perverso y tartaja que ocasiona todas sus desventuras. Juego de humor y de ensueño, mítica y pintoresca recreación de un mundo ingenuo y hierático, que parece sacado de las miniaturas mozárabes; la leyenda todo lo poetiza refinadamente, mientras el escritor va añadiendo una pizca de sal a las situaciones; pero de una manera muy sutil la narración se va tiñendo de melancolía y de un simbolismo de renuncia, y el clásico desenlace de las novelas bizantinas, el reencuentro final, aquí se eleva a un plano superior de purificada espiritualidad.
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