Visita también: COMPRAR LIBROS BIOGRAFIAS DEFINICIONES MANUALES Iniciar Sesión Registrarse
Descargar libros gratis en pdf, doc, docx, rtf,..., de:
RECOMENDAMOS...
¿TE HEMOS SIDO DE AYUDA? Añade nuestro enlace en tu sitio, blog o foro!
Libros + buscados
Más Libros Gratis
Información del Libro 'Las Colinas Huecas - Stewart Mary'

0
Las Colinas Huecas - Stewart Mary

Enviado por librosgratisweb el 2012-09-20 00:00:00



En las alturas se oía el canto de una alondra. La luz se posó, deslumbrante, sobre mispárpados cerrados, y con ella la melodía, que parecía una distante danza de agua. Abrílos ojos. Sobre mí el cielo se arqueaba y su invisible cantor se perdía en el luminoso yflotante azul de un día de primavera. Por todas partes se esparcía un dulce olor a nuecesque me hizo pensar en el oro, en las llamas de las velas, en jóvenes amantes. Algo queno olía tan bien se movía a mi lado. Una ruda voz joven dijo:—¿Señor?Volví la cabeza. Estaba tendido en el césped, en una hondonada, rodeado de tojosllenos de flores doradas, de olor dulzón que, como llamas, brillaban a la luz del solprimaveral. Junto a mí había un muchacho arrodillado. Tenía unos doce años, iba sucio,con el pelo enmarañado, vestido con telas bastas, de un indefinido color marrón; su capa,hecha de harapos que apenas se mantenían juntos, mostraba innumerables rotos.Llevaba un cayado en la mano. Incluso sin haber notado su olor podría haber adivinadosu oficio pues, a nuestro alrededor, su rebaño de cabras pacía entre los arbustos,comiendo las espinas tiernas.Al moverme yo, el muchacho se puso rápidamente en pie y se echó hacia atrás. Meobservaba, entre atemorizado y esperanzado, a través de su maraña de pelo. Todavía nome había robado. Miré el pesado bastón que tenía en la mano y, vagamente, a través dela bruma del dolor, me pregunté si podría defenderme contra aquel jovenzuelo. Pero alparecer, su esperanza se centraba únicamente en una recompensa. Señalaba hacia algofuera del alcance de mi vista, al otro lado de los arbustos.—He atrapado vuestro caballo. Lo tengo atado allí. Creía que habíais muerto.Me incorporé y me apoyé sobre un codo. A mi alrededor, el día parecía oscilar yreverberar. Las flores de los arbustos, a contraluz, humeaban como incienso. El dolor seiba adormeciendo lentamente y la memoria, en cambio, volvía a fluir.—¿Estáis herido?—No tiene importancia... Es sólo la mano. Dentro de poco estaré perfectamente bien.¿Has dicho que atrapaste mi caballo? ¿Me has visto caer?—Sí. Estaba por allí.— De nuevo señaló hacia los arbustos; más allá de las floresamarillas, la tierra se elevaba suave y desnuda hasta un altozano de superficieredondeada, rota por una roca gris, llena de grietas y espinos; detrás de la colina, el cieloparecía ilimitado y mostraba una distancia vacía que hablaba del mar. Os he visto venirpor el valle desde la costa, cabalgando despacio. Pensé que estabais enfermo, o quequizá dormíais sobre el caballo. Entonces el animal ha dado un paso en falso, por unagujero seguramente, y os habéis caído. Ha sido ahora mismo; acabo de llegar a vuestrolado.

Disponible también para ver online en HTML. Una vez en la página clicar en: VER HTML - Descargar PDF.

Para ver más información debes estar identificado / registrado.



Si desea comprar el libro, clique aquí para encontrar el mejor precio


Comentarios
Todavía no hay comentarios ni críticas. ¡Sé tú el primero/a!

Para escribir un comentario / crítica debes estar identificado / registrado.


Inicio | Top Búsquedas | Últimas búsquedas | Acerca de | DMCA | Aviso Legal | Contacto




eXTReMe Tracker