Resena: Isabelle Eberhardt, narradora, poeta y nómada de origen ruso, autora de una obra –escrita en francés– breve pero de gran densidad literaria, nace en Ginebra el 17 de febrero de 1877.
A los 20 años, se traslada con su madre a Bone (Argelia) para vivir en una casa alquilada propiedad del fotógrafo Louis David,
que ya frecuentaba a la familia en Suiza. Pocas semanas después abandonan la misma para instalarse en los confines del barrio indígena en una sencilla casa de adobe.
Isabelle cambia entonces su nombre [en adelante se hará llamar Mahmoud Essadi] y también sus vestidos europeos por una chilaba blanca, fuma kif, bebe alcohol, frecuenta con la misma pasión tanto los bajos fondos de Argel como los lugares de oración y recogimiento: lleva una existencia al límite y al tiempo profundiza en sus estudios de árabe clásico (recordemos que Isabelle Eberhardt recibirá una educación libertaria bajo la tutela de su preceptor y amante de su madre Aleksandr Nikolaievich Trofimovski –nihilista, amigo de Bakunin y discípulo de Tolstoi–, el cual le enseña filosofía, geografía, historia, francés, ruso, árabe). Isabelle Eberhardt fue una mujer de insobornable rebeldía, vivió una vida nómada, corta pero intensa y espiritual: perteneció a la orden sufi de los qadriya. Escribió artículos, crónicas y análisis políticos para el semanario bilingüe Akhbar y periódicos como Le Mercure de France, entre otros. Sobre sí misma, dijo: “escribo porque me gusta el proceso de creación literaria, escribo como amo, porque probablemente ese es mi destino”.
Idioma: Castellano
Categoría: Lengua y Literatura,
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