Resena: Capítulo primero
No existía ninguna justificación real para el aposento. Había sido construido para
acomodar un ventanal, nada más; sin embargo, ello convertía a la estación bacteriológica
británica en la única en la Luna.
Los rusos, los americanos y ciertamente los chinos, no poseían nada igual. Los
primeros, agazapados en sus bases armadas y acorazadas, soterradas profundamente en
cavernas bajo el nivel de la tierra, demasiado cautos y vigilantes para emplear tiempo y
esfuerzo en fruslerías. Los chinos, minando en su base del Mare Foecunditatis,
continuaban siendo un inquietante enigma.
Solamente los británicos, con su nativa aptitud por obtener lo mejor de un mal trabajo,
habían decidido que, si la Luna iba a ser su hogar, entonces ese hogar debería tener una
estancia con vista.
Por una vez, sir lan MacDonald tenía la oportunidad de gozarlo solo.
Permaneció delante de la plancha de cristal polarizado, con las manos entrelazadas
detrás de la espalda, y el mono espacial de reglamento muy ajustado sobre su provista y
sólida figura. No era un hombre bien parecido. El fuerte pico de una nariz proyectado
sobre una boca firme y un mentón cuadrado, por lo que él se parecía más a un perro de
caza que a un ave de presa. En una época anterior habría sido un astuto lord,
maquinando conducir a su clan a sangrientas victorias. En la actualidad era el Director
Encargado de la Primera Estación Lunar de Su Majestad
Idioma: Español
Categoría: Lengua y Literatura, Narrativa
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