Resena: 1 – LA TIERRA.
La incógnita es ésta: ¿estamos solos?
¿Son los seres humanos los únicos con ojos que exploran las profundidades del Universo?
¿Los únicos constructores de dispositivos que amplían los sentidos naturales? ¿Los únicos dotados de
mentes que se esfuerzan por comprender e interpretar lo que se ve y se intuye?
La respuesta quizá podría ser: ¡no estamos solos! Hay otras clases de seres que buscan y se
hacen preguntas, y quizá lo hagan de manera más eficaz que nosotros.
Muchos astrónomos creen que esto es así, y yo también lo creo.
No sabemos dónde se encuentran esas mentes, pero están en alguna parte. No sabemos qué
hacen, pero hacen mucho. No sabemos cómo son, pero son inteligentes.
¿Nos encontrarán, si están en alguna parte, allá...? ¿Acaso nos han encontrado ya?
Si no lo han hecho todavía, ¿podemos encontrarlos? Mejor aún: ¿Debemos encontrarlos? ¿No
es esto peligroso?
Estas preguntas son las que deberemos hacernos cuando hayamos convenido en que no
estamos solos, y los astrónomos ya se las están haciendo.
Todo el asunto concerniente a la búsqueda de inteligencia extraterrestre se ha vuelto ahora tan
común que, de hecho, se ha abreviado para evitar tropiezos al referirse a él. Los astrónomos se refieren
a ese asunto como SETI, palabra formada con las iniciales de la frase inglesa «the search for
extraterrestrial intelligence» (la búsqueda de inteligencia extraterrestre).
La primera discusión científica de SETI, que ofreció cierta esperanza de llevar a cabo
venturosamente esa búsqueda, se efectuó hace apenas unos años, en 1959. Así pues, es natural suponer
que es reciente el asunto de la inteligencia, aparte de la nuestra propia. Parecería ser un fenómeno
completamente del siglo xx, que surge a causa del adelanto de la astronomía en las décadas recientes.
Parecería también ser producto de los cohetes modernos y de los vuelos tripulados en el espacio
exterior
Idioma: Español
Categoría: Lengua y Literatura, Narrativa
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