Resena: La noche vendhia aparecía extraordinariamente silenciosa; la atmósfera, pesada y
opresiva. Como no soplaba la más ligera brisa, la capital Ayodhya sufría bochorno. La Luna
colgaba pesadamente del cielo cual monstruosa pústula amarillenta, y los pocos que se
aventuraban a salir a verla se estremecían en su mayoría, y deseaban que por lo menos una
sola nube ocultara su enfermiza malignidad. Se murmuraba en la urbe que una noche como
aquélla, y una Luna como aquélla, presagiaban plagas, o tal vez guerras; en cualquier caso,
la muerte.
El hombre que se hacía llamar Naipal no prestaba atención a los murmullos. Al
contemplarla desde el más alto balcón de un gran palacio con chapiteles de alabastro y
cúpulas doradas, que le había sido regalado por el rey, sabía que la Luna no presagiaba
nada en absoluto. Eran las estrellas quienes infundían a la noche su promesa, la
desaparición de configuraciones que le habían estorbado durante meses. Puso sus dedos
largos y finos sobre el largo y estrecho cofre de oro que sostenía bajo el brazo. Pensó que,
aquella noche, habría un momento de trascendental peligro, un momento en el que todos
sus planes podían quedar reducidos a polvo. Sin embargo, todo hay que obtenerlo con
riesgos, y cuanto más grande sea el posible provecho, mayor es el peligro.
«Naipal» no era su verdadero nombre, porque, en un país notable por sus intrigas,
quienes seguían ese sendero se mostraban más reservados de lo ordinario. Era alto para
ser vendhio, y éstos se contaban entre los más altos entre las naciones del Oriente. Su
estatura le hacía destacar, aunque él, deliberadamente, trataba de disimularla vistiendo
ropajes de colores sombríos, como el atuendo gris oscuro que llevaba en aquel momento, y
no las sedas abigarradas y los rasos de quienes seguían la moda. Su turbante
modestamente pequeño también tenía el color del carbón, y no lo adornaba con gemas ni
plumas. Su rostro era siniestramente bello, y se mostraba tan sereno como si ningún
desastre hubiera podido alterarlo; tenía ojos negros de grueso párpado, que para los
hombres aparentaban inteligencia, y para las mujeres, pasión
Idioma: Español
Categoría: Lengua y Literatura, Narrativa
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