Resena: A la ciencia le debemos cambios dramáticos en nuestra complaciente autoimagen. La astronomía nos enseñó que la tierra no es el centro del universo, sino simplemente uno de mil millones de cuerpos celestes. De la biología aprendimos que Dios nos no creó especialmente sino que evolucionamos al mismo tiempo que otros 11 millones de especies. Ahora la arqueología derrumba otra creencia tabú: que la historia humana de los últimos millones de años ha sido una larga serie de progresos. En particular, recientes descubrimientos sugieren que la adopción de la agricultura, supuestamente nuestro paso más decisivo hacia una vida mejor fue, en muchos sentidos, una catás- trofe de la cual nunca nos hemos recuperado. Con la agricultura vinieron las graves desigualdades sociales y sexuales, la enfermedad y el despotismo, que maldicen nuestra existencia.
Idioma: Castellano
Categoría: Ciencia,
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