Resena: Había una vez, Cuentos de animales, Oros Viejos y otros, son esas obras que de una forma u otra pasaron de mano en mano durante varias generaciones y están siempre asociadas a muchos recuerdos felices de la niñez. Aquel que ya es padre los dio una vez a sus hermanos, luego a sus hijos y ahora los recomienda con calor a cualquier niño. En las bibliotecas resulta difícil encontrarles: los lectores siempre los llevan consigo. Jamás les dan descanso.
Entonces, sin temor a exagerar, se podría decir que los libros de Almendros son de esos que a todos nos han hecho fantasear. Nunca les veremos dormir en un estante. Irán siempre por ahí, viajando de unos niños a otros, de sueño en sueño para que sus personajes –esos ya tan conocidos y buenos amigos nuestros– escapen del papel y cobren vida en un acto escolar, cualquier fiesta infantil o hasta en el aburrido atardecer de un niño solitario.
Puede decirse que los libros de Herminio Almendros VIVEN. ¿Y qué vara mágica se encarga de conseguir tal prodigio?
En Había una vez, por ejemplo, el lector encontrará cuanto busque para mitigar el tedio: desde adaptaciones de cuentos clásicos como `Caperucita Roja`, `La gallinita dorada`, `Los siete chivitos`, `Pulgarcito`, `El gato con botas`, `El soldadito de plomo` o `Los tres osos`, hasta poemas de los autores más importantes de Cuba y Latinoamérica.
Libro ameno, instructivo, de estilo directo y casi coloquial –como suelen demandar los pequeños– demuestra con creces el bien dotado oficio que como adaptador literario siempre caracterizó a Almendros.
El mundo de las fábulas vuelve a nosotros con sus Cuentos de animales. En los argumentos recreados a partir de Esopo, Iriarte, Samaniego o La Fontaine fluye diáfana y segura la sabiduría popular, sin didactismos ni retóricas innecesarias, pero con la eficaz moraleja que a todos hará reflexionar. ¿Y qué decir de Oros viejos? ¿Cómo encontrar mejor libro para los sedientos de aventuras?
Aquí Almendros recreó con singular poesía las mejores leyendas del universo para que los adolescentes hicieran suyos valores tan eternos –pero a veces raros en la actualidad de un mundo convulso– como el amor, la entrega a una causa, la fidelidad, el respeto al derecho ajeno, en fin, cuantas constantes éticas pueden hacer a un hombre perfecto.


Idioma: Español
Categoría: Lengua y Literatura, Narrativa

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