Resena: Cada libro tiene, como es natural, el estilo y género literario propios del autor. Don José posee el suyo y puede gustar o disgustar; desde luego, y no dejará indiferente a nadie. Pero más allá de la forma de expresarse, invito al lector a que se sumerja en el fondo de lo que dice. Si alguien se escandaliza por alguna expresión o el contenido de un capítulo, que contenga el impulso inicial, piense despacio por qué le molesta lo leído y tenga presente este dicho de la India: “cuando el dedo apunta a la Luna, el imbécil mira al dedo”.

Quisiera destacar algunas características de la forma de escribir de Don José. En primer lugar, es un hortelano y un jardinero de las palabras. Él cuida mucho el huerto del lenguaje y la verdad es que es un verdadero deleite contemplar cómo desentraña el sentido y hasta las etimologías de las palabras. En segundo lugar, posee un sentido del humor e incluso del sarcasmo que a mí me encanta, pero comprendo que a algunas personas les puede molestar; yo he reído a mandíbula batiente en varios capítulos. En tercer lugar, tiene un tono profético, libre y libertario, valiente y atrevido, iconoclasta y claro. El lenguaje de los profetas y del mismo Jesús no es un lenguaje diplomático, sino que es un lenguaje de denuncia que llama a la conversión.


Una de las grandes aportaciones de este libro es que explica muy bien a personas no familiarizadas con la Biblia algunos de los textos fundamentales del Nuevo Testamento. Don José posee una gran cultura bíblica. En nuestro país, la Biblia es un libro propio de protestantes y testigos de Yehová. Según un estudio de sociología de la religión, sólo el 6 % de los españoles lee con frecuencia la Biblia. Claro, así tenemos el catolicismo que tenemos. Los católicos son las víctimas de una clerecía que durante siglos y siglos ha sido incapaz de educarlos en el uso del Nuevo Testamento como fuente cotidiana de su vida religiosa. Por eso, no tenemos casi cristianismo, sino un catolicismo ritualista, devocionalista, moralista y dogmático. No sé por qué el método de la revisión de vida (ver, juzgar y actuar desde el Nuevo Testamento) no forma parte de la forma-ción cristiana en la mayoría de las parroquias y colectivos católicos en España. La Biblia es sencilla de leer, pero difícil de entender. Por eso son muy de agradecer las abundantes reflexiones bíblicas que contiene esta obra.

Éste es un libro que hay que leer lentamente. Es un libro para pensar, para releer.
Recomiendo ir muy despacio, darle una hojeada por encima al conjunto de capítulos y no leerlos uno tras otro. Es mejor leer un capítulo, cerrar el libro y pensar sobre lo leído.


(Gracias Avimoral)

Idioma: Castellano
Categoría: Religión,

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