Resena:
Una noche, Robert Palmer encontró a su sirena en el océano, entre Cape Cod y Miami.
Estaba con algunos amigos pero no tenía sueño cuando los demás se retiraron, por eso
salió a dar un paseo a lo largo de la playa iluminada brillantemente por la luz de la luna.
Y al doblar una curva, apareció ella sentada en un tronco semienterrado en la arena,
peinando sus hermosos y negros cabellos.
Robert sabía, por supuesto, que las sirenas no existen realmente; pero, cierto o no, allí
se encontraba ella. Se aproximó y, cuando estaba sólo a unos pasos de distancia, tosió
discretamente.
Con un movimiento de sorpresa, ella echó hacia atrás sus cabellos, que cubrían su
rostro y sus senos, y pudo comprobar que era más hermosa de lo que pudiera ser
cualquier criatura.
Ella le miró con los profundos ojos azules, llenos de temor al principio.
- ¿Eres un hombre? - preguntó.
En ese punto, Robert no tuvo ninguna duda; le aseguró que lo era. Ella sonrió,
desaparecido el temor en sus ojos.
- He oído hablar de los hombres, pero nunca he conocido a ninguno. - Ella hizo un
gesto para que se sentara a su lado, sobre el tronco.
Robert no vaciló. Se sentó y hablaron y hablaron; después de un rato, su brazo la
rodeó y cuando finalmente ella le dijo que debía regresar al mar, la besó, y la sirena
prometió encontrarlo la noche siguiente.
Categoría: Lengua y Literatura, Narrativa
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