Resena:
Érase una vez un maravilloso teatro..., una cavernosa sala de espectáculos con platea
y dos pisos donde un muchacho y sus amigos podían dar rienda suelta a su nostalgia
todos los sábados por la tarde por sólo cuatro cuartos. Se llamaba La Calita y sus
acomodadores llevaban unas llamativas chaquetillas rojas, había una gigantesca pantalla
enmarcada con cortinas de terciopelo, y su principal atracción era una encantadora
señora detrás del mostrador de los caramelos que realmente fundía auténtica mantequilla
para hacer las palomitas de maíz. Si usted alcanzó su pubertad en algún momento antes
de finales de los 60, probablemente tendrá una “La Calita” en lo más precioso del arcón
de sus recuerdos.
Porque fue en esos maravillosos palacios antiguos donde nosotros echamos nuestra
primera mirada al futuro. Junto con los tiroteos de los cowboys y las historias policíacas,
un nuevo tipo de películas golpeó la plateada pantalla con una auténtica rociada cuando
los Estados Unidos entraron en la era atómica a finales de los años 40. Quizá usted fue
uno de los primeros en ver películas tan proféticas como Con destino a la Luna o Cohete
X-M durante las primeras citas con su chica. Ambos films fueron despachados como mera
basura por los críticos, pero hoy en día, apenas treinta años más tarde, su visión
retrospectiva del aterrizaje lunar y de la exploración marciana ha penetrado ya en la
historia.
Categoría: Lengua y Literatura,
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