Resena: A nadie le importó cuando encontraron su pieza desierta. La dueña dijo: «El de la 13 ha desaparecido».
Siguieron comiendo. Un pensionista volcó el arroz sobre su armadura. Mientras limpiaba, un mozo
aprovechó para comentar: «Yo sabía que el tal Octavio iba a desaparecer; por eso no me preocupaba de
asearle la pieza». Siguieron comiendo.
Octavio, en la Universidad, fue mal considerado por faltar a los cursos de Alquimia y Lanza; el
profesorado llegó a despreciarlo; el Abad le negó el ingreso al Centro de Investigaciones Fonéticas y no
merecía ser rechazado; era un buen estudiante aunque no de las materias que interesaban a los otros.
Había creado una teoría: «La Voz no surge de las cuerdas vocales ni del aire que las remece. Existe sin
que nadie la produzca. Sólo que está prisionera en los músculos de la garganta y depende de la voluntad.»
«Quiero libertarla. Hacer que salga por cualquier parte del cuerpo: por un ojo, por una mano. Conseguido
esto, independizarla de mi voluntad. Entonces sonará cuando y por donde ella quiera. Yo la oiré.»
Abandonó la ciudad universitaria y arrendó un cuarto en una pensión. Como no se asomaba al corredor,
llegaron a olvidarlo. El mozo no lo atendía. Su cama se pobló de parásitos y tuvo que acostumbrarse a las
privaciones: podía pasar semanas masticando pan duro y bebiendo agua. Ni siquiera necesitaba dormir;
afiebrado, velaba trabajando según sus métodos.
Idioma: Español
Categoría: Lengua y Literatura,
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