—¿Sabías Pedro, que mi hermana se convertirá en un vaso sagrado, en el cual ningún hombre podrá saciar su sed?
No había ningún hombre en la vida de Dominique, ni lo habría, a pesar de que su hermana Candice intentara convencerle de lo contrario. Después de todo, Candice, pese a que era mucho más atractiva que Dominique, no parecía muy feliz en su matrimonio. Pero ¿acaso no se estaba engañando Dominique? ¿Por qué encontraba tan inquietante al cuñado de su hermana, Pedro Romano?
Para ver más información debes estar identificado / registrado.