No cabe duda de que los pensadores franceses, desde Bataille, hicieron de los descubrimientos de Freud un entorno discursivo común y corriente. De hecho, los acontecimientos del 68 estaban en consonancia con un pensamiento que establecía estrechos paralelos entre conceptos de la economía política marxista y la economía del subconciente freudiana. El deseo sería un aspecto también necesario considerar en las propuestas políticas.
En el caso de Lyotard en particular, los estudios de Freud son importantísimos y constituyen la parte esencial de su crítica a la dialéctica y a la concepción moderna de la historia.
Lyotard trata de recordarle a los pensadores críticos, al pensamiento dialéctico, las observaciones de Freud respecto al deseo, respecto a la energía libidinal. Lyotard recuerda como Freud descubre que las descargas de esta energía no se da en lugares diversos de un cuerpo, que no se trata de energías diferentes sino de diferentes efectos de la misma descarga producida en el mismo lugar siempre. No hay negación de una descarga por otra, no hay contradicción entre ellas. Lo que hay es olvido, una memoria selectiva. La dialéctica olvida la fase activa del olvido, la fuerza de la indiferencia.
La concepción del deseo en Lyotard culminará en la posición que sostiene en su obra Economía Libidinal, donde expone en detalle su postura al respecto. Pero en la introducción de La Deriva, por ejemplo, ya encontramos textos como estos:
El deseo que da forma y mantiene a las instituciones se articula en dispositivos que son cargas energéticas sobre el cuerpo, sobre el lenguaje, sobre la tierra y la ciudad, [...]. El kapitalismo es uno de esos dispositivos. No hay nada en el, ninguna dialéctica que le conduzca a ser superado en el socialismo. [...] Toda crítica lejos de superar a éste, lo consolida. Lo que lo destruye es la deriva del deseo, la pérdida de carga [...], la pérdida de carga libidinal en el sistema del kapital en todos sus polos.
[...] Es frecuente que se conduzca y piense sin consideración por la equivalencia, que se tome como único guía la intensidad afectiva y la multiplicación de la potencia libidinal, en lugar de tener en cuenta la rentabilidad. Esto es más afirmativo que crítico [...]
Es una cita un poco extensa que nos muestra la cercanía entre el pensamiento de Lyotard y otro de sus contemporáneos, Gilles Deleuze.
Género: Sociales,Economía
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Presentación: Libro
Calidad: Sin OCR
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
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