En Por qué soy cristiano expone su visión personal acerca del cristianismo y de la enérgica figura de Jesús, y defiende la teoría anticipada por Averroes de la doble verdad, distinguiendo las basadas en evidencias intersubjetivas y las que provienen de evidencias privadas y manifiesta que: `Los integristas trasvasan sus verdades privadas al ámbito público. Es el problema al que nos enfrentamos`.
Detalla cómo, para protegerse de la natural tendencia hacia la pluralidad de las experiencias religiosas, el cristianismo se fue dogmatizando en su largo proceso de institucionalización eclesiástica, tal y como ocurre en otras religiones. En el primer concilio del Vaticano, la Iglesia Católica se declaró infalible y desde entonces no puede retractarse de sus dogmas, aun sabiendo que algunos de éstos son fruto de las presiones culturales de épocas concretas. Según el autor, es preciso limitar el alcance de las creencias religiosas sin negar su importancia, y deben defenderse siempre en el campo privado, puesto que cuando una religión se ve amenazada apela a la libertad de conciencia, pero cuando llega al poder abandona la tolerancia. Lo universalizable son los principios éticos, no las creencias personales. Algunas de estas ideas de Marina han sido debatidas desde la filosofía y la teología.
Género: Religión,Cristianismo
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Tiene audiolibro: NO
Presentación: Libro
Calidad: Sin OCR
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
Clasificado: Sin clasificar
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