El que Marcus Blackmore y Ann Somerton se encontraran por primera vez en un laboratorio era algo que no encajaba, estaban a punto de convertirse en la prueba viviente de que los extremos se atraen.
Aunque hizo falta que un pequeño ratón llamado Eureka enredara un poco las cosas, luego la naturaleza siguió su curso...
Y así fue como una limpiadora muy organizada se enamoró y se fue a vivir con un científico despistado. Y como, tras una labor de investigación, descubrieron que no existía nada más elemental que la necesidad que tenía el uno del otro...
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