Este libro es de tan difícil comprensión, tan lleno de secretos, y de carácter aparentemente tan recóndito, que con frecuencia no se encuentra a mano una explicación, y uno se siente inclinado a recurrir a una interpretación para captar su sentido. No es por casualidad que, de los primeros eruditos jesuitas que hicieron conocer la cultura de China en Europa, todos los que se ocuparon del Libro de las Mutaciones fueron declarados, más adelante, insanos o heréticos. Para los mismos chinos, el manejo del Libro de “las Mutaciones” es algo que no puede tomarse a la ligera. Hay una ley no escrita, por la cual sólo los que tienen una edad avanzada se consideran en condiciones de aprender de él. Confucio debía de tener unos cincuenta años cuando lo tomó en sus manos. El texto está integrado por las conferencias que dictó su autor en Pekín, en el invierno de 1943.
Para ver más información debes estar identificado / registrado.