Lex Moran era un hombre influyente en el pueblo y si decidía que la escuela no merecía los gastos que ocasionaba, podría lograr que la clausuraran. Katrine, la maestra, consideraba que el establecimiento debía ser salvado. Era una luchadora incansable y estaba decidida a oponerse a Moran con todos los medios a su alcance. Pero, ¿no sería abogar por una causa perdida? Lex poseía una voluntad férrea y eso hacía difíciles las cosas. Más aún, cuando Katrine descubrió, muy a su pesar, que se que había enamorado del enemigo…

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