En un principio, la Carta era el prólogo a un libro de Léon Werth, judío y amigo de Saint-Exupéry –el Principito, de hecho, está dedicado “a León Werth cuando era niño”. Por azares de la vida y de la guerra, el libro no se publicó, pero el prólogo sí, reconvertido en texto independiente y editado en 1943.
Lo que acabó publicándose, después de borradas las referencias a Werth y hechos los retoques pertinentes, es una reflexión sobre qué nos hace humanos, sobre cómo nos reconocemos en los otros, en un instante, sin mediaciones, apenas con un gesto que compartimos con el otro, con el diferente, que a partir de entonces se convierte en compañero de viaje o, en palabras de don Antoine, en otro peregrino.
Está construido a partir de tres anécdotas, de tres vivencias de la amistad instantánea, de la humanidad más honda. La primera es un encuentro con los emigrados franceses en Portugal. No se trata de un encuentro con refugiados. Tampoco de que Saint-Exupéry se topó con emigrantes empujados al exterior por el hambre. Quienes le salen al encuentro son más bien burgueses y pequeñoburgueses que tratan de poner a salvo las pocas riquezas que les quedan, aunque ya lo han perdido todo. Se trata de gente que en la huída huyó también de sí misma. Y aquí Saint-Exupéry presenta una de sus imágenes mejor logradas: “Todavía jugaban a ser alguien. Se estiraban con todas sus fuerzas para alcanzar alguna significación. ‘¿Sabes? Yo soy éste, el amigo de alguien, el vecino de tal pueblo.”
Género: Sociales,Varios
Tamaño: 85 Kb
Tiene audiolibro: NO
Presentación: Libro
Calidad: Con OCR sin corregir
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
Clasificado: Sin clasificar
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