La caída del demonio y el problema de la concepción y del origen del mal son temas que, en el cristianismo, están íntimamente interrelacionados. Esta situación no escapó a la reflexión filosófica medieval. En efecto, Anselmo de Canterbury escribe hacia finales del siglo XI su Tratado sobre la caída del demonio, para intentar explicar como ser comprensible, la forma en que un ángel dotado de la voluntad y de los conocimientos recibidos de un Dios infinitamente justo y bondadoso, y que no podía tener nada de sí mismo que no hubiese sido dado por éste, pudiese haber dado lugar al primer mal en una creación, que en principio debía que ser la más perfecta posible. En las respuestas de Canterbury se va acuñando una forma de entender el mal, la voluntad y la libertad, que da cuenta así mismo de una concepción del ser humano como un agente moral, que por nada ni por nadie puede ser violentado y que siempre es sujeto de responsabilidad por cualquiera de sus comportamientos. En este sentido, las indagaciones de Anselmo de Canterbury sobre el tema se pueden asumir como de los intentos más sutiles de fundamentar filosóficamente, desde un trasfondo de presupuestos propios del cristianismo, una concepción del hombre como individuo que con el pasar del tiempo se llegará a llamar “moderna”.
Género: Religión,Cristianismo,Católica,Patrística y Magisterio
Tamaño: 2.239 Kb
Tiene audiolibro: NO
Presentación: Libro
Calidad: Sin OCR
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
Clasificado: Sin clasificar
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