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Información del Libro 'Ugarte Manuel - Las Nuevas Tendencias Literarias pdf'

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Ugarte Manuel - Las Nuevas Tendencias Literarias pdf

Enviado por bibliotheka el 2012-09-19 00:00:00


Prefacio del autor
No resulta posible medir el alcance de una obra por las resistencias que levanta. Vivimos en un mundo tan ensimismado, que la más leve razón suele provocar remolinos y reflujos. ¿Quién afirma que es indispensable ser profeta para determinar negaciones?. El solo hecho de pensar por cuenta propia y exponer en un lenguaje sencillo algunas certidumbres elementales, basta a veces para singularizar a un hombre. Por eso es por lo que a pesar de las hostilidades que han saludado el nacimiento de algunos de los estudios que componen este volumen, persisto en suponer que todo ello deriva de un espejismo interior. Lejos de envanecerme ante el ataque, me asombro de que las ideas tan simples hayan podido suscitar una crítica. Si estas o aquellas frases marcaron una reacción contra determinadas tendencias, fue porque alguien tenía que traducir las transformaciones de la atmósfera.
Recordemos lo que era la literatura hispano-americana hace algunos años, cuando al influjo de no se que vientos locos se multiplicaba la floración que en nombre de una originalidad pueril deformaba la vida. El odio, la crueldad, la inconsciencia, todos los vicios, todas las degeneraciones y todas las úlceras, habían contaminado el arte y lo arrastraban en una tromba de muerte al más monstruoso de los erostratismos: al erostratismo moral. La verdad, la justicia, el espíritu de sacrificio, los más altos ideales, vacilaban al empuje de una juventud desequilibrada y afónica que, envuelta en el pánico de sus propias negaciones, se desempeña hacia los orígenes, derribando al rodar cuanto había construido en las laderas de la montaña la energía, el entusiasmo y el genio de los hombres. El campo estaba oscuro de anatemas contra toda la gloria de la especie, desde Homero hasta Hugo, y toda la belleza aparecía como un producto monstruoso elaborado en la sombra por nigromantes extraños que llamaban refinamiento a su fatiga. Pero todo exceso lleva en sí la antítesis que lo combate, y el reflujo tomó la forma de un rozamiento interior. La salud que hervía en el fondo de la raza reaccionó contra los venenos. Las ventanas se abrieron solas. La primavera floreció en racimos multicolores. El sol doró la pluma de los poetas. Y un arco iris de paz y de alegría vino a colorear de nuevo el alma del continente y los paisajes familiares. Que otros delimiten las posiciones a través de los acontecimientos y distribuyan la responsabilidad y el honor…El que estas líneas escribe no ha hecho más que decir lo que pensaba. Pero al recoger las hojas dispersas que retratan el estado de ánimo de una parte de la juventud, justo es recordar en un párrafo cuales fueron las ideas que dieron nacimiento a nuestro empuje.
Si evocamos las formas artísticas que dominaron en la América española hasta después del 1900, vemos en aquella literatura se caracterizó por cierta oscuridad artificiosa que la ponía al margen de las masas, por un universalismo de biblioteca que alejaba toda preocupación localista, y como resultado de ambas cosas por una Incapacidad para salvar los limites y llevar a tierras extrañas una sola molécula de nuestro pensar. Salta a los ojos que los que confundían el alma con las lecturas no eran los más capaces de imponerse en nuestro país o en el extranjero. Para interesar en el terruño hubieran tenido que elegir, dada la cultura naciente, las formas más claras, y para forzar las puertas de Europa, nada era tan eficaz como traducir algo típico. De suerte que los que se negaron a seguir la corriente de que venimos hablando, tuvieron que esbozar tres reformas: 1º. La que nos brindaba, mediante la confianza en nosotros mismos y con la ayuda de los procedimientos siempre sumarios de la sinceridad, una filosofía, un objeto y la posesión de un público. 2º. La que en perjuicio de los temas anticuados e impersonales que seguía manoseando la obstinación decadente, nos condujo a explotar
materiales propios a exteriorizar fragmentos del alma nacional. 3º. La que, apoyándose en las anteriores, hizo brillar en Europa la fuerza expansiva de la raza y suscitó en resumen nuestra personalidad.
A medida que el conjunto tomaba posesión de sí mismo y se ajustaba, como todo lo que vive, a sucesivas metamorfosis, la literatura tenía que evolucionar para estar en el tono de las nuevas necesidades colectivas, porque la misma certidumbre orgullosa que en el orden económico nos lleva a pretender un puesto entre las grandes naciones, nos conducía a perseguir también en el viejo continente una especie de consagración de nuestras fuerzas intelectuales. Tales fueron las bases que inspiraron los artículos que componen esta obra. Si las ideas aparecen sin orden y sin método, culpa es de la premura con que fueron expuestas, al azar de las circunstancias, en medio de los juveniles entusiasmos y las ciegas improvisaciones. Pero ese mismo defecto es un síntoma de espontaneidad. No hemos edificado un sistema, hemos entregado el corazón. Algunas páginas que se refieren al mismo asunto fueron incluida indebidamente en volúmenes anteriores (1). Pero éste reúne en síntesis las palabras que durante dos años de lucha llegaron al público por intermedio de La Nación, de Buenos Aires, La Lectura, de Madrid, y La Revue, de París. ¡Que los que las aplaudieron o las censuraron las vuelvan a escuchar con la serenidad que impone la distancia! Lo que importa no es “tener razón”, sino averiguar cuales son los senderos más propicios para encaminar el alma nueva. Porque la América latina tiene que ser para nosotros, desde el punto de vista intelectual, un país único, y todos debemos concurrir a realizar plenamente, de un extremo a otro del territorio, sin prevenciones y sin resentimientos parciales, sus luminosos destinos. Hay que imponer por medio del arte, la diplomacia y la riqueza, la presencia material y moral de la raza joven, que trae en sí los gérmenes de todas las victorias. Y para alcanzarlo urge abandonar los diletantismos y entregarse a las formas claras, las visiones locales y los vastos triunfos que se condensan en la divisa nacional: Patria, Belleza, Justicia y Juventud.
MANUEL UGARTE


Género: Literatura,Varios
Tamaño: 573 Kb
Tiene audiolibro: NO
Presentación: Libro
Calidad: Sin OCR
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
Clasificado: Sin clasificar


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