Cathy Seymour no estaba dispuesta a dejar que un secuestro la apartara del camino al altar, aunque su secuestrador pareciera una estrella de cine. Trató de volver con su novio, un banquero formal, por las buenas y por las malas, incluso a través de la ventana de un cuarto de baño.
Hale Delaney rara vez se apartaba de la ley, pero aquel rapto era un favor que le hacía a su familia. Él y su preciosa cautiva eran como el agua y el aceite, como la dinamita y la mecha. Esto dejó a Hale atrapado entre Cathy y una pregunta. ¿Se referiría también a las prometidas aquel mandamiento sobre la mujer de tu hermano?
Para ver más información debes estar identificado / registrado.