En Veinticuatro horas en la vida de una mujer Zweig no plantea más que un pequeño drama burgués. Un conjunto de huéspedes descansan pacíficamente en una pensión de la Riviera francesa y, de repente, una mañana una mujer, casada y con dos hijos, abandona a su familia por un joven al que acaba de conocer.
Zweig nos presenta en esta obra un intenso retrato de la psicología humana. No en vano dedicó parte de su producción a la composición de biografías de distintos personajes históricos. Es capaz como nadie no sólo de destapar los tabúes y falsos prejuicios de la sociedad burguesa de principios del siglo XX, sino también de desentrañar la ferocidad, la crudeza que se esconde detrás de una persona adicta al juego.
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