Así como el dolor parece ser inherente al hombre, así también lo es la desdicha. Para Simone la desdicha es la marca misma de la esclavitud. Pero la esclavitud ya no es sólo el modo de estar en el mundo propio del trabajador oprimido, sino la condición ontológica misma del ser humano en tanto vive sometido a las fuerzas de la necesidad, a la mecanicidad fatal que gobierna no sólo el mundo, sino al universo. El desdichado es aquél que vive en la permanente evidenciación consciente de su propia esclavitud espiritual. La desdicha es un estado crónico que acompaña al dolor físico, pero que a diferencia de éste deja una huella duradera en el alma. Como dice Fernández Buey9: ?la desdicha es desarraigo de la vida, un equivalente atenuado de la muerte ... alcanza [la vida] directa o indirectamente en todas sus partes, social, psicológica, física, ... inyecta en el alma el veneno de la inercia. Es ante todo anónima, nos priva de personalidad y nos convierte en cosas?.
El reconocimiento de la realidad efectiva y universal del dolor y de la desdicha dentro de este cristianismo ecuménico que sostiene Simone, permite la posibilidad de un verdadero diálogo y comprensión mutua entre los seres humanos sin importar en qué circunstancias culturales, sociales, políticas, etc. se encuentren.
Género: Religión,Cristianismo,Teologia
Tamaño: 158 Kb
Tiene audiolibro: NO
Presentación: Libro
Calidad: Sin OCR
Idioma original: Sin clasificar
Idioma del texto: Castellano
Clasificado: Sin clasificar
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